¿Cuáles metodologías de costeo existen?
Imagínate dirigir una empresa sin saber realmente cuánto cuesta producir lo que vendes. ¿Cómo podrías establecer precios competitivos, identificar...
6 minutos de lectura
Por Iván Arroyo | 29/05/2025
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Por Iván Arroyo | 29/05/2025
La idea del costeo ABC no es nueva, más bien se remonta a la década de 1970, y su desarrollo se atribuye principalmente a dos profesores de contabilidad: Robert S. Kaplan y Robin Cooper, de la Universidad de Harvard.
En 1987, Kaplan y Cooper publicaron un artículo en la Harvard Business Review titulado "How Cost Accounting Distorts Product Costs", que atrajo la atención de la comunidad empresarial y académica sobre el ABC. Este artículo marcó el comienzo de la popularización del ABC como una metodología de gestión de costos alternativa y más precisa.
El Costeo Basado en Actividades (ABC o Activity Based Costing), método contable revolucionario creado en los años 80, adjudica los gastos a las diversas actividades que los generan en lugar de atribuirlos directamente a los bienes o servicios. Mientras que el enfoque clásico distribuye los costos de forma uniforme únicamente con arreglo al volumen de fabricación o de ventas, el ABC se esfuerza por identificar y asignar los desembolsos específicos relacionados con cada actividad singular, buscando establecer una correlación causa-efecto.
Al contrario que los sistemas tradicionales que reparten los costos de un modo generalizado, el ABC aspira a conocer en profundidad la empresa descomponiéndola en todos sus procesos elementales, para así comprender con precisión cómo se forman realmente los gastos e imputarlos según su origen real.
Este enfoque más detallado del ABC permite a las empresas comprender con mayor profundidad cómo se generan los costos en sus procesos operativos y dónde radica el valor real dentro de la organización. Al identificar las actividades que consumen recursos y asignarles los costos correspondientes, el ABC proporciona una visión más clara de los costos efectivos vinculados con la producción de cada producto o la prestación de cada servicio. Esto a su vez permite una toma de decisiones más fundamentada en áreas como fijación de precios, gestión de costos, mejora de procesos y asignación estratégica de recursos.
Enfoque en actividades y recursos
A diferencia de otros métodos que suelen basarse en asignaciones generales de gastos a mercancías o servicios, el ABC se enfatiza en identificar y asignar los costos a las actividades específicas que generan esos costos. En otras palabras, crea una capa intermedia entre los gastos y los productos o servicios. Dicha capa está determinada por actividades y procesos, de ahí su nombre, lo que permite una mayor precisión al vincular los gastos directamente con las actividades que los causan, en lugar de designarlos de forma arbitraria a mercancías o servicios con base en su volumen.
Uso de múltiples bases de asignación
El ABC utiliza múltiples bases de asignación de costos, en contraposición al uso de una única base, como el volumen de producción, que es común en otras metodologías. Al utilizar múltiples bases, el ABC puede capturar con mayor precisión la complejidad de los procesos y actividades dentro de una organización, al distribuir el costo con base en el consumo de recursos.
Mayor precisión en la asignación de costos
Debido a su enfoque detallado en las actividades y recursos, el ABC tiende a ofrecer una asignación de costos más precisa y granular. Esto permite una mejor comprensión de los verdaderos costos asociados con la producción de productos o la prestación de servicios, lo que a su vez facilita una toma de decisiones más informada.
Enfoque en la gestión del valor
El ABC está estrechamente relacionado con la gestión del valor, ya que ayuda a identificar dónde se crea valor dentro de una organización al vincular los costos con las actividades que contribuyen directamente a la generación de valor para el cliente. En sentido contrario también permite identificar aquellas actividades que no agregan valor para buscar simplificarlas, automatizarlas o eliminarlas. Esto permite una mejor gestión de recursos y una mayor capacidad para mejorar la eficiencia y la rentabilidad.
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Ejemplo de costeo ABC
La teoría se entiende mejor con un ejemplo. Este es un ejemplo sobre simplificado para efectos académicos. Supongamos que tenemos una empresa que fabrica dos tipos de espejos: Espejo grande y Espejo pequeño. Para fabricar estos productos, la empresa realiza tres actividades principales: compra de materias primas, procesamiento de materias primas y ensamblaje final.
Primero, identificamos los costos incurridos para la fabricación de un lote de 2000 espejos.
Costeo tradicional por volumen
Aplicando un costeo por volumen y asumiendo que producimos las mismas cantidades de cada tipo de espejo (1,000 unidades de cada uno), la asignación de costos quedaría de la siguiente manera:
Con un costo unitario para ambos de $4.50
Ahora, asignaremos los costos a cada producto utilizando el ABC. Supongamos que, después de un análisis detallado, determinamos que los costos de materiales y mano de obra se distribuyen en cada actividad de la siguiente manera:
Luego se determina con qué driver se van a distribuir los costos a los productos.
Ahora, calculamos los costos totales asignados a cada producto:
Con ABC no solo nos varía el monto total al contar con una asignación más exacta, sino que también el costo unitario varía siendo $3.60 para el espejo pequeño y $5.40 para el espejo grande.
Dilema
Si por ejemplo un cliente nos pide un contrato para unas 4,000 unidades del espejo grande. Con el método de costeo tradicional sabiendo que el costo unitario es de $4.50 se decide agregarle $1.00 de margen de ganancia para un precio unitario al cliente final de $5.50.
Bajo este escenario la ganancia total teórica sería: 4000 unidades por $1.00 de margen por unidad = $4,000.00.
Ahora bien, si usamos la metodología de costeo ABC los resultados son muy diferentes. En este caso el costo unitario es $5.40, si mantenemos el mismo precio unitario definido con el costeo tradicional de $5.50, en este caso el margen unitario sería de solo $0.10 mientras que la ganancia total sería de solo $400.00. (4000 unidades por $0.10). ¡10 veces menos!
Si con los resultados del costeo tradicional se tomara la decisión de eliminar la producción de espejos pequeños y dejar solo los espejos grandes, se estaría reduciendo 10 veces las ganancias de la empresa, poniéndola en peligro de quiebra. Aquí se demuestra que con el costeo ABC se cuenta con información más exacta para tomar decisiones.
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Precisión en la asignación de costos
El método ABC proporciona una atribución de costos más exacta al vincularlos directamente con las actividades que los generan, así como con los recursos que consumen. Esto permite comprender con mayor claridad los costos reales asociados con la producción de bienes o la prestación de servicios.
Identificación de actividades de valor añadido
Al desglosar los costos según las actividades, el método ABC ayuda a identificar cuáles añaden valor al producto o servicio final y cuáles no. Esto puede conducir a una mejora de los procesos y a una automatización, reducción o eliminación de actividades que no aportan valor añadido.
Toma de decisiones más informada
Como se vio en el ejemplo anterior, al comprender mejor cómo se generan los costos en la organización, los gerentes pueden tomar decisiones más fundamentadas sobre fijación de precios, gestión de gastos, asignación de recursos y mejora de procesos.
Adaptabilidad a la diversidad de productos y servicios
El ABC es flexible y puede adaptarse fácilmente a una amplia gama de productos y servicios, lo que lo hace adecuado para empresas con líneas de productos variadas o servicios personalizados.
Desventajas:
Costo y complejidad de implementación
La implementación del ABC puede ser costosa y requerir mucho tiempo. Además, el proceso de identificación y seguimiento de actividades puede ser complejo y requerir recursos significativos. Es indispensable contar con una herramienta de software especializada para administrar mejor toda esta complejidad y ser más eficientes con los recursos asignados al modelo.
Subjetividad en la identificación de actividades
La identificación y clasificación de actividades puede ser subjetiva y estar sujeta a interpretación. Esto puede llevar a discrepancias en los resultados y dificultades en la comparación entre diferentes unidades o departamentos dentro de la organización. Es por ello por lo que se recomienda tener un equipo que lidere de forma centralizada todo el proceso y asesorarse con consultores.
Posible exceso de detalle
En algunos casos, el ABC puede conducir a un exceso de detalle en la identificación de actividades, lo que puede dificultar la gestión efectiva de los costos y llevar a un análisis excesivo. En estos casos tener claro cuál es el objetivo del modelo y asesorarse adecuadamente es básico para desarrollar un modelo sostenible en el tiempo.
Resistencia al cambio
La implementación del ABC puede encontrarse con resistencia de la cultura de la organización donde los empleados que están acostumbrados a métodos de contabilidad más tradicionales y simples. La capacitación y la comunicación efectiva son clave para superar esta resistencia y garantizar el éxito del ABC.
Conclusión
El Costeo Basado en Actividades (ABC) revolucionó significativamente el proceso de contabilidad de costos, al brindar una perspectiva detallada y precisa sobre cómo se generan los gastos dentro de una organización. A diferencia de las metodologías tradicionales, el ABC se enfoca en identificar y asignar los costos a las actividades específicas que los originan, permitiendo una asignación más exacta y pormenorizada de los costos. Esto a su vez facilita una toma de decisiones mejor informada en áreas como fijación de precios, manejo de gastos y asignación de recursos.
Si bien el ABC ofrece numerosas ventajas, como la identificación de actividades de valor agregado y la capacidad de adaptarse a la diversidad de productos y servicios, también presenta desafíos, como el costo y la complejidad de la implementación, la subjetividad en la identificación de actividades y la posible resistencia al cambio por parte de la cultura corporativa. Sin embargo, con una aplicación cuidadosa y una gestión efectiva, el ABC puede ser una herramienta poderosa para mejorar la eficiencia y la rentabilidad en una gran variedad de entornos empresariales.
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