El diseño es un elemento importante para todas las compañías. Toca aspectos tanto estéticos como técnicos y estratégicos pues, no se queda únicamente en el producto o en el servicio, sino que se puede incorporar en todo tipo de procesos (gestión, operaciones, estrategia, soporte, evaluación, entre otros). Gracias a esto último es que el pensamiento de diseño (Design Thinking) se ha vuelto algo más que una metodología, se trata de una filosofía que permite identificar causas raíz de problemas complejos y generar soluciones creativas e innovadoras exitosas.
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Para esto, el pensamiento de diseño cuenta con una estructura que puede modificarse según se necesite, ya que existen distintos marcos de referencia del concepto adecuados a diferentes situaciones. A pesar de ello, todos los marcos de referencia conservan la misma esencia, es necesario el entendimiento profundo de los involucrados, luego se deben de cuestionar las suposiciones y los procesos, seguidamente se identifican las oportunidades de mejora y definir los problemas para, finalmente, generar soluciones. Cabe destacar que esta metodología hace uso de una combinación entre la ciencia y el arte para generar espacios de pensamiento “fuera de la caja”, lo cual da ese componente de innovación creativa del cual carecen los métodos tradicionales.
En este blog te vengo a hablar sobre cómo el diseño es afectado por el equipo de trabajo, cuál es su utilidad para un negocio y también vamos a ver algunos consejos para aplicarlo de forma eficaz.
El pensamiento de diseño es una herramienta de resolución de problemas que utiliza como base el enfoque en el ser humano, gracias a lo cual lo define como el eje de todo el proceso. A pesar de ello, cito la frase de Goethe que dice “Un hombre ve en el mundo lo que lleva en su corazón”. Un político, un médico, un ingeniero, un artista y un niño ven los conflictos de su país desde una perspectiva muy distinta cada uno, así como muchas veces puede que un gerente de mercadeo, un gerente general, un gerente de ventas y un gerente financiero vean las necesidades estratégicas de la compañía desde su propia área.
Sin embargo, más que ver esto como un problema podemos considerarlo una gran oportunidad. Por un lado, el pensamiento de diseño requiere de grupos multidisciplinarios buscando aprovechar las experiencias y perspectivas de las personas que componen distintas áreas de conocimiento; por el otro, todos tenemos distintos procesos creativos que si combinamos pueden llegar a valer más que la suma de las contribuciones individuales.
Existen personas cuya formación tiende hacia el lado científico tienen un perfil de “descubridores”, como los llama Charles Owen (2007). Buscan explicaciones a los fenómenos que ocurren, tratan de que entendamos lo que nos rodea y por ello son los responsables de una gran parte del avance de las empresas. No obstante, son sistemáticos, buscan cada posible combinación de factores que pueden afectar un sistema empresarial, con base en ello formulan distintas hipótesis y siguen un método científico para comprobarlas. Este proceso puede ser útil, pero ineficiente al consumir mucho tiempo y recurso humano.
Así como también existen personas “hacedoras”, que más bien buscan ser creativos e innovar a través de la sinterización de ideas y construcción de soluciones preliminares. Las personas que trabajan de esta forma primero presentan distintos productos mínimos viables y luego son llevadas a la prueba, donde se confirma si son potenciales soluciones o no.
El pensamiento de diseño busca unir la parte racional de los científicos con la parte intuitiva de los diseñadores para entender las necesidades de los usuarios, utilizar la experiencia, identificar parámetros y condiciones de trabajo, pero también evolucionar y reinterpretar ideas, dar visualización al problema, producir prototipos, adaptarlos y falsearlos para llegar a la mejor opción disponible. Es gracias a la combinación entre estas dos disciplinas que un proyecto no se queda solo en la esquematización del problema, ni tampoco se generan soluciones al azar hasta que alguna coincida. Todo lo contrario, se aprende a delimitar, a planificar y obliga a tomar acción sobre la marcha, lo cual sirve como una guía e impulsa al avance del proyecto.
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Habiéndote mencionado un poco cómo los equipos de trabajo multidisciplinarios pueden colaborar para generar soluciones, también es importante considerar que, siendo una filosofía de mejora enfocada en el ser humano, su campo de aplicación puede tocar todas las aristas de una compañía.
Algunas de las razones por las que deberías de considerar utilizarla son:
Como mayor consejo, investiga sobre los distintos marcos de referencia del pensamiento de diseño, descubre cuál se adapta más a tu necesidad y tómalo como una guía para tu proyecto. Hay fases que pueden no mencionarse, sin embargo, la esencia de la estructura de esta metodología se conserva y se basa en cinco etapas: Empatiza, Define, Idea, Prototipa y Testea.
En este blog hablamos de un aspecto muy importante del pensamiento de diseño, el trabajo de equipos multidisciplinarios. Gracias a los avances en cada disciplina, las personas desarrollan distintas facultades a lo largo de su vida personal y profesional, todos son descubridores y hacedores, científicos y diseñadores. Todas las personas pueden contribuir a su organización, más allá de sus funciones, en un gran abanico de opciones. El pensamiento de diseño está enfocado en los usuarios, sean estos clientes internos o externos, por ello te recomiendo seguir los consejos para diseñar la solución de un problema a la vez y garantizar la continuidad y el éxito de tu negocio.